28 octubre 2010

La historia de Babe.

Bafe (pronunciado BEIF) fue el último apodo que le conocí. Déjenme les cuento un poco de él. Aunque bafe iba en la misma secundaria que yo, lo conocí hasta la prepa. En esos tiempos yo era bien conservador y cuidaba mi vocabulario, rara vez salía a fiestas. La familia de bafe trabajaba en el mercado, por lo tanto siempre tenía dinero en los bolsillos, pero se mantenía humilde. No era fresa ni mamon. Se vestía y peinaba como intelectual. Era más vulgar que la verga y no dejaba que abusarán de él. Casi siempre tenía una respuesta ingeniosa a las preguntas, pero no le gustaba llamar la atención.
 Cuando no había nadie en el salón, el, otro camarada y yo, echábamos desmadre en el salón. Las bancas eran de metal y chocaban en el aire creando un ruido de su puta madre. Joder que la adrenalina se aceleraba por que en los salones de los lados había clases y nos valía verga. Cuando terminaba el ritual las bancas estaban desordenadas y algunas con las patas hacia arriba.
Un día que salimos temprano, los mismos tres tiramos toda la basura del bote en medio del salón y le prendimos fuego. ¿Alguna vez han sentido esa desesperación de que saben que van a ser descubiertos y no saben qué hacer? Yo lo sentí. Pero el bafe estaba indiferente. Apagamos el fuego y huimos. El humo salía como no tienen chingada idea. Parecía que aun había un incendio. Nos dimos a la fuga, mirábamos desde lo lejos como la gente se espantaba de ver el humo salir de las ventanas. Nunca nos descubrieron.
A menudo nos saltábamos clases por ir a jugar Counter Strike en un ciber cafe fuera de la escuela. Nos convertimos en los amos del sniper. Recuerdo uno de los días más tristes de mi vida cuando saque tres ene as en un semestre. Fue entonces cuando me di cuenta que le debía bajar al desmadre.
Nunca le bajé. Solo me esforcé mas académicamente hablando. Un día deje de jugar counter. Un día dejamos de jugar counter. Bafe seguía en las andadas, se saltaba clases y se junto con otros batos. Me enteraba que luego se ponía a beber entre clases y hasta se fumaba gallos envueltos con flyers.
Después del counter nos dedicamos al billar. No mamen, la nostalgia me ataca. Que putos días más felices. Era un billar culero, pero en la mañana estaba vacío, nos pertenecía. Éramos los reyes del billar. Todo el piso para nosotros. Olvídense de la vigilancia por que no había ni cámaras. 4 güeyes sin que hacer el un lugar ajeno. Jugábamos claro, pero a cada rato hacíamos idioteces.
Cuando junto las diez ene as lo sacaron, o se salió antes, no recuerdo bien. Solo supe que entro a otra prepa.
La última vez que supe de él fue que se paso de imprudente en un accidente automovilístico de regreso de un campamento hace más de un año.
Bafe fue uno de mis mejores amigos. Fue tanto tiempo el que nos distanciamos que cuando me enteré solo recordé con tristeza. Pero me siento mal por no sentir el dolor de la ausencia.
Todavía me dan escalofríos cuando alguien se conecta a su cuenta en el messenger. Siempre pongo "hola" pero no hay respuesta y se desconecta.
Hoy 28 de octubre hubiera cumplido 21 años. Neta si se le extraña, mi culpa fue distanciarme tanto.
Dos camaradas no veo desde hace más de un año y ps si puedo considerar que son de mis mejores amigos, siendo que soy bien pinche antisocial. Ojala que la próxima vez que sepa de ellos no sean noticias trágicas.

26 octubre 2010

Mi vida es un chiste mal contado.

Rianse un poco, o rianse mucho. La neta me vale verga.

09 octubre 2010

Historias sin moraleja EP02S01 o el día que casi muero por una colitis, tambien conocido como 'No debes ver el final de Inceptión'. Versión 3.14159265




Este es un episodio bizarro que no he contado a nadie y que a lo mejor fue mi subconsciente o algo pesado.
Ni recuerdo exactamente la fecha del acontecimiento, pero pasó por que hubo testigos.
Ya era la segunda vez que iba a ver la película de Inception porque la primera vez no vi el final, resultado de la combinación mortal de refresco frio y alocadas ganas de orinar.
Ese día yo ya tenía una leve molestia estomacal a la que no dí importancia. Llegamos al cine JF, AM y yo, entramos a la muvi y luego llego DL y un sujeto que no conozco. Yo tenía un icee, esos raspados culeros con sabor a jabón que venden en lugares burgueses. Se suponía que el frio debía calmar mi dolor (inserte aquí comentario depresivo). Como a la mitad de la película ya no aguantaba el dolor.
(Imaginen que tienen pelos dentro del estomago, ahora aparece un simio feo como tu mamá que se balancea por ahí, eso se aproxima a lo que sentía)
Como no quería alertar a los otros, me salí como saldría cualquiera que vaya al baño, cafetería o lo que sea. Me salí un rato del cine, a tomar aire, al cabo esa parte de la película ya la había visto. Habían pasado 5 minutos pero parecieron mas, me pase a preguntar a un empleado si tenían pepto bismol o algo para el estomago y sale con que no les tienen permitido manejar medicamentos en ese lugar pero podía llamar a un doctor si hacía falta. Le dije que no hacía falta y me fui a sentar a un banquito.
Lo siguiente que recuerdo es que ya estaba guacareando verde por el pinche raspado que ni el paro me hizo. Vomitar esta cabron. Luego me volví a salir del cine y volví a entrar, me senté cerca de la puerta, para esto creo que ya había guacareado dos veces. Aquí empieza la parte de la historia que aun no comprendo. Cuando estaba intentando pensar en cómo resolver la situación llego una mujer entre 25 a 30 años, aspecto desalineado, con ropa deportiva y despeinada, se detuvo frente a mi mientras yo miraba el piso. La ignore, no quería iniciar conversación mientras moría y además con una desconocida. Total que la cabrona se agacha y me agarra de las rodillas y me dice -¿necesitas ayuda?-
-No, estoy bien, gracias.
Cualquiera pensaría que una persona cuerda entendería eso como el final de una conversación. Pero no fue así, el hibrido entre chava y señora se quedo ahí, mirándome fijamente a los ojos, yo no estaba perfectamente en mis 5 sentidos, también la mire. No exagero, fueron como 2 minutos de sentir una mirada perturbadora sin pronunciar palabra alguna. Como vi que ella no iba a decir nada ya le pregunte -¿Usted necesita ayuda?-, no hubo respuesta, -¿está esperando a alguien?- no hubo respuesta,- ¿viene con alguien?- Esto ya valió madre, está loca. Se paro y camino, luego la perdí de vista. Mis ganas de volver volvieron (ahem, nótese mi habilidad para juntar esas dos palabras en una sola sentencia sin que sea pleonasmo), la distancia al baño se había vuelto demasiado larga, me sentía chingadamente débil, no me sentía con ganas de levantar.
Otra vez ya estaba volviendo en el baño y ni sabía como había llegado. Salí y me senté junto a una mesa, volteando a ver si me hacía caso algún empleado antes de que me desmayara. Cuando voltee a ver la perra loca ya estaba sentada en la misma mesa que yo comiendo unos nachos con queso. '¿Quieres?' pronuncio la bastarda. No gracias, mi estomago estaba a punto de colapsar, lo último que necesitaba era comida chatarra. Hubo otros minutos de silencio incomodo, esta vez sin miradas. Seguro que los de seguridad se han de haber entretenido viendo las vueltas que daba en el cine. Como nadie me hacía caso me levante a pedir ayuda con unas empleadas que estaban pendejeando. Llamaron al otro empleado del que había hablado antes y sucede que el era el gerente o algo así y llamo a los paramédicos.
Lo siguiente que pasó es una compilación de idioteces que acaban conmigo en una ambulancia siendo diagnosticado por unas paramédicas ineptas que me dijeron que no me podían llevar al hospital si no me estaba muriendo de verdad. Me dejaron a mi suerte con mis camaradas que me llevaron a mi casa. Gracias valen mil.
Lo que aun hoy no entiendo es la vieja loca, no sé, si yo estuviera encargado de un pariente así no la dejaría salir sola, cualquier otra persona la hubiera reportado, yo solo me hice indiferente. No sabía de la técnica de los nachos con queso si sirven para ligar. No funciono. Lo raro es que cuando ella aparecía no había nadie cerca, como si fueran lapsos vacios en el espacio donde yo interactuaba con una recreación mental o algo. Aparecía y desaparecía sin que me diera cuenta. Pero me toco las rodillas, debe ser real, o... estoy confundido.